EL RETORNO DEL KARMA DE DIOS
Por Tijana O'Ceallaigh
7 de Agosto del 2013
A Cualquier persona que se haya criado en una sociedad occidental
le es probablemente familiar la enseñanza cristiana de que Jesús murió por
nuestros pecados. Pero ¿hay más en esta historia de lo que la Biblia enseña?
¿Cuál sería el propósito de la muerte de Jesús por nuestros pecados si podemos
tener un pase libre para hacer lo que queramos durante el tiempo que queramos?
Entonces todo lo que tendríamos que hacer es declarar a Jesús como nuestro
Señor y Salvador y eso es todo. No, su sacrificio fue el mayor acto de
misericordia y verdadero Amor Divino. Él quería que cada uno de nosotros nos
sentáramos bajo su propia vid e higuera (Miqueas 4:4), que es un eufemismo para
referirse a cada uno de nosotros caminando y hablando con Dios, conociendo a
Dios íntimamente en nuestros corazones. Jesús sabía que la carga de los pecados
del pasado de la humanidad, nuestro karma, era tan grande que era casi
imposible lograr esta tarea. Mírelo de esta manera, si tienen una hipoteca para
una casa de un millón de dólares, mientras que su ingreso es de $ 25,000 al
año, tendrán que poner cada ergio de
energía en trabajar para pagar esa deuda. Eso dejaría muy poco tiempo y energía
para dedicarse a otras cosas en la vida - cosas que usted podría perseguir si
no tuviera la deuda. El Karma es un poco diferente - pues no tienen una casa
por la que están trabajando para ser su dueño
– sino que están pagando una deuda por un agravio que cometieron, que
uno ni siquiera recuerda a nivel consciente. Sin embargo, el principio general
es similar. El foco principal cuando se lleva una pesada carga de karma está en
equilibrar el karma y en menor medida en las actividades espirituales.
En su gran amor por nosotros Jesús se ofreció a llevar ese karma
para nosotros hasta el momento en que hubiéramos crecido lo suficiente (en
estatura espiritual) para que pudiéramos soportar ese peso por nuestra cuenta
de nuevo y no nos fuera una carga tan pesada. Para volver a la analogía
anterior, sería como recibir un descanso del pago de la hipoteca, para desarrollar
nuestras habilidades para que nuestros ingresos fueran más altos- el reembolso
de un préstamo de un millón de dólares cuando tu ingreso es de $ 250.000 al
año, no es tan grande.
Debido a su logro no le fue demasiado difícil a Jesús llevar esta
carga - por eso dijo "mi yugo es
fácil y mi carga ligera" (Mateo 11:30). Y del mismo modo cuando nuestro
logro en el amor, la sabiduría y el uso correcto del poder ha crecido, cuando
tenemos la compasión, la paz y el entendimiento, cuando llegamos a conocer y
Ser lo que somos en Dios, es más fácil llevar lo que tengamos que cargar sobre
nuestras espaldas.
Así que por el sacrificio de Jesús nos dio la oportunidad de llegar
a ese mismo punto, en el que podemos decir como lo hizo él, en el que sabemos
lo que realmente somos en Dios - no pecadores miserables sino hijos e hijas de
Dios y que venimos aquí con un propósito con un Plan Divino - y podamos estar
listos para enfrentar el regreso del karma con la verdadera paz, la compasión,
el amor y el poder de Dios. Con la fe de que Dios está en control y que no
tenemos por qué tener miedo, porque somos las manos y los pies de Dios en la
Tierra.
Ese momento ha llegado. Jesús ya no está llevando la carga por
nosotros y los que han hecho buen uso de su tiempo y multiplicado sus talentos,
ahora puede pararse sobre sus propios pies. Pero aquellos que han malgastado la
oportunidad ya no tienen tiempo ni oportunidad, ellos han hecho su elección.
Este es el significado de la parábola de los talentos "Porque se le dará
todo al que tiene, y tendrá más; pero al que no tiene se le quitará aun lo que
tiene" (Mateo 25:29). Ha llegado la hora del juicio y la separación del
trigo de la paja.
El Kali Yuga
Si nos fijamos en lo que pasa en el planeta hoy en día parece que
hemos llegado a un punto de ebullición, por así decirlo. Hemos visto a lo largo
de los años una cantidad aparentemente interminable de maldad que llega a la
superficie - de abortistas que asesinan a los inocentes, tanto dentro como
fuera del vientre, de brutales violaciones y asesinatos de mujeres y niñas,
especialmente en la India, de pornografía, pedofilia e inmoralidad sexual, la
música rock en las entrañas del infierno, los científicos con la creación de
clones, las plantas y animales modificados genéticamente y ahora incluso los
seres humanos, las multinacionales gigantescas violando la tierra para obtener
ganancias a corto plazo, las guerras y los genocidios. Todas estas atrocidades
se han intensificado en el último medio siglo. Se trata de los últimos momentos
de lo que en el hinduismo se conoce como el Kali Yuga.
Por el futuro de nuestro planeta y nuestra existencia en él, esto
tiene que terminar. Hemos experimentado la destrucción masiva en un mayor o
menor grado en épocas pasadas, en la historia no registrada que aun está
registrada en las profundidades de nuestras almas. Estos recuerdos no son
conscientes, pero sin embargo, están allí. Vemos indicios de una limpieza anterior
en el relato bíblico del diluvio de Noé, así como la destrucción de Sodoma y
Gomorra. Acontecimientos como el hundimiento de los continentes de la Atlántida
y Lemuria han sido rechazados como míticos en nuestra era científica, sin
embargo, en algunas de las enseñanzas esotéricas estos han sido confirmados
como acontecimientos históricos reales.
De hecho aquellos mismos, cuyos actos llevaron a la destrucción de
la Atlántida han reencarnado en la tierra hoy. Fueron retenidos por un tiempo,
hasta que los hijos de Dios progresaran y crecieran en estatura espiritual, con
la esperanza de que cuando llegara el momento de enfrentar a estos seres
recalcitrantes de nuevo, tendrían la sabiduría y el poder para elevar la mano
derecha y decir "hasta aquí y no más." Muchos han alcanzado, otros no,
llegar a este punto y todos muy ansiosamente han aceptado y seguido a estos
caídos. Y son las acciones de estos caídos las que una vez más conducirán a la
catástrofe. Estos caídos se han infiltrado en todos los aspectos de la vida en
este planeta, que requerirá un evento muy destructivo para limpiar la pizarra/tablero y empezar de nuevo. Dios
está en control y será la tarea de sus hijos e hijas el empezar de nuevo,
reconstruyendo y devolviendo este planeta y la sociedad a la visión inmaculada
que Dios tiene para todos los que encarnan en la tierra.
Será un tiempo de tribulación, insinuado en términos velados en el
libro del Apocalipsis, así como en muchas otras profecías. No va a ser fácil,
en las etapas iniciales habrá muerte, enfermedades y trastornos sociales. No
vamos a tener las comodidades modernas a las que nos hemos acostumbrado. Nos
veremos obligados a volver a una época más simple. No habrá medios de
comunicación de masas, ni viajes de larga distancia. No habrá camiones de
distribución de alimentos en la tienda local.
Tenemos que prepararnos - espiritual, mental, emocional y
físicamente - para los desafíos que tenemos por delante. Tenemos que sintonizar
nuestro corazón con Dios. Estar en paz, pues Dios está en control. Teniendo fe
- Dios cuidará de sus hijos. Confiando en que los que se van, es porque es su
hora de irse. En el siguiente artículo
voy a escribir más sobre los aspectos prácticos de la preparación.